Generalmente se asume que el mundo actual está regido por el individualismo. Sin embargo, este libro pone de manifiesto que la necesidad de pertenencia a un grupo o una comunidad es una característica relevante de la vida social moderna. El poder de la pertenencia estriba en su capacidad para crear un vínculo emocional que promueve una identidad compartida, haciendo posible la lealtad y la solidaridad entre los miembros de una comunidad determinada. Es precisamente esta fuerte dimensión emocional la que permite a la pertenencia actuar como generadora de la movilización política y, en casos extremos, provocar violencia colectiva. El sentimiento de pertenencia, crucial en la construcción de la identidad individual, interacciona con esta de formas complejas. Esto se hace patente de manera especial cuando la pertenencia es consecuencia de un proceso de elección, implicando así un grado de compromiso personal del que carecen las formas de pertenencia atribuidas o tradicionales. Así, muchos de los que apelan a la tradición, a menudo invocan una «tradición inventada » que no es una mera reproducción del pasado. Como argumenta la autora, la tradición se cruza con la modernidad en todas partes.Entre los temas analizados desde esta nueva perspectiva destacan la identidad como instrumento político, el estudio de las emociones y la movilización política, el retorno del autoritarismo y el ascenso de la nueva derecha radical, así como la fuerza de los símbolos y rituales de pertenencia, y el significado de la lealtad, la nación y el nacionalismo.