Una de las principales líneas argumentales del pensamiento urbano del siglo XX incide sobre la relación entre forma urbana y estructura productiva. Este número de Quaderns plantea una aproximación a los efectos de las actividades aparentemente no productivas sobre la ciudad y la arquitectura. Se analiza, por un lado, la capacidad de generar valor económico que tienen actividades en principio tan poco cuantificables como el gusto, las aficiones, las relaciones sociales desarrolladas en un entorno más o menos lúdico; y se estudia, por otro, la influencia de las actividades asociadas al ocio sobre los procesos de transformación urbanea a diferentes escalas. El conjunto de actividades que se realizan fuera del horario laboral ( o escolar) y que ocupan lo que denominamos "tiempo libre" tienen un peso indudable en la economía y, también, en las estrategias de configuración del entorno construido. La ingeniería del ocio, sobre todo en su versión de fin de semana, constituye un fenómeno con una estructura organizativa compleja que se traduce en un sistema concreto de relaciones en el espacio, del cual se deriva una arquitectura y un urbanismo específicos