Desde la arquitectura y la planificación del paisaje, uno de los retos principales que debemos afrontar, es el hecho de reconectar lugares que han quedado confinados o revincular territorios que han sido fragmentados por los nuevos modos de ocupación del espacio geográfico. Este objetivo es de vital importancia en áreas metropolitanas y por ello nos centramos en los CORREDORES VERDES como elementos de continuidad de los espacios abiertos.
La palabra corredor, nos remite a la idea zona de paso, movimiento, tránsito, flujo e incluso intercambio. En este sentido, los CORREDORES VERDES pueden desempeñar diferentes funciones, que van desde la conectividad ecológica y permeabilidad del territorio, hasta la conformación del tejido urbano o la creación de espacios de intercambio social y cultural.
Nuestros mosaicos territoriales contemporáneos están llenos de oportunidades para la transformación de antiguos corredores de infraestructuras en ejes verdes o para la
permeabilización de las barreras que hoy en día seccionan el tránsito de personas y animales.
Paisea recopila con en este número proyectos lineales que acostumbran a articular una
infraestructura verde. Maneras de afrontar la intervención paisajística que trascienden el ámbito
de actuación, siempre con una idea: CONECTAR EL PAISAJE.