Es moneda corriente estudiar el pirronismo, o meramente referirse a él, en exclusivo sentido negativo, por lo que tiene de crítica del conocimiento, por lo mucho y muy bien que sirve para desacreditar los dogmas de otras escuelas, pero pocas veces ?es el caso, sin embargo, de Los supuestos fundamentales del escepticismo griego de Ignacio Pajón Leyra? se ha pretendido investigarlo en términos positivos, es decir, analizar las categorías y conceptos que están a la base no ya de tal o cual argumentación pirrónica ?de este o aquel tropo particularmente feliz?, sino de la estructura teórica misma del escepticismo antiguo, que da a parar ?al modo de su verdadero y último sustrato? en una peculiar ética al servicio del congénito afán humano de felicidad