Nadie podría negar la relevancia histórica de Isabeld e Portugal, la emperatriz, esposa de Carlos V, y su protagonismo en la primera mitad del siglo XVI. Su esbelta figura, que desasosegaba a los jóvenes cortesanos de su época por su hermosura, fue inmortalizada por pintores como Tiziano y Sánchez Coello. En sus retratos podemos observarla en todo su esplendor físico: la frente tersa, ligeramente abombada y espaciosa, la nariz aguileña, boca pequeña, labios finos, pómulos salientes, cuello alto, presencia arrogante, y el brillo de unos ojos grandes y dulces color avellana.
Fue una mujer inteligente, educada en la opulenta corte portuguesa de don Manuel I, en el regocijo cosmopolita de los Descubrimeintos, que Camoens elevará a la categoría de símbolo. Isabel caminó con pasos seguros en la vida, consciente de su misión relevante en la Historia. Gobernó los reinos de España durante las largas ausencias de Carlos V. Fue una madre amante de sus hijos, cuya educación vigila, una mumjer equilibrada y justa, de religiosidad transparente. Isabel interesa, sin duda, com omadre y esposa, pero también como gobernante. Ella forma parte del juego político del Imperio en sus momentos culminantes, de su entramado social, del complejo mundo religioso de la Reforma y el Renacimiento, y es depositaria de los secretos más inconfesables del emperador.
Este libro supone un avance historiográfico en el conocimiento de su vida y nos permite rescatar al personaje después de tantas marginaciones a lo largo de los siglos en los que tan sólo ha interesado como esposa de Carlos V o madre de Felipe II. Un libro revelador de una viday de un sentido de la existencia vivamente humano.