Para Paul Klee (1879-1940), EspanÌÃa fue una fijacioÌn, y el viaje al paiÌs donde crecen los goyas un suenÌÃo, acariciado durante toda su vida, ya desde 1902 (el plan Spanien) en parte cumplido en 1929 junto a su esposa Lily Stumpf. El viaje a traveÌs de nuestra cultura ocupariÌa buena parte de su vida como artista. Como explica Alfonso de la Torre en este «Klee y EspanÌÃa. Los irredentos kleeianos», con el subtiÌtulo «Paul Klee y el arte espanÌÃol de postguerra», nuestro arte y cultura rondariÌan siempre la melancoliÌa de Klee: Goya, VelaÌzquez, El Greco, Zuloaga o Picasso. Y tambieÌn muÌsicos (como eÌl mismo), el caso de su venerado Pau Casals y escritores: Cervantes, CalderoÌn o Tirso de Molina. Visitante en 1939 de un Museo del Prado mostrado en el exilio ginebrino, al final de sus diÌas, Goya le seguiriÌa, diraÌ Klee, como un fantasma.Sabido el tardío conocimiento de su obra en EspanÌÃa durante el siglo XX, este libro ha sido escrito tras una intensa investigacioÌn.