El panorama escolar, en la Granada de finales del siglo XIX,era de lo más elocuente. El instituto estaba ubicado en unviejo edificio, destartalado y ruinoso caserón; por lo que,desaconsejada su reconstrucción, el ayuntamiento cede unsolar al final de la recién abierta Gran Vía de Colón, laDiputación Provincial ofrece pagar la mitad de los gastosde la construcción y el Estado central la otra mitad.Tras quedar desierta la subasta por tercera vezconsecutiva, la colocación de la primera piedra por el jovenAlfonso XIII en abril de 1904 impulsa su inicio,adjudicándose meses después las obras, que en vez de lostres años de plazo previstos inicialmente para su ejecución,a petición de la Diputación se amplía a seis.Las sucesivas ralentizaciones y paralizaciones de las obrasse deben principalmente a la demora en el pago de lasliquidaciones de obra por parte de la institución provincial,que se inicia en 1907 un expediente de recisión delcontrato ante el malestar general y amenazas de huelgas.Los fallecimientos de arquitecto y contratista suponen unmotivo más de preocupación, que requiere una liquidacióndefinitiva, declaración de herederos y nueva subasta; loque no soluciona la lentitud del reanudado procesoconstructivo, que al fin se publicita que el origen de estosretrasos está en un posible desfalco o malversación en laDiputación.Gracias al levantamiento de alumnos, profesores, padres yla eficaz intervención del político Natalio Rivas en Madrid,se consigue habilitar una planta en enero de 1918, y lacompleta terminación del edificio en el año 1923.publiarq.com