Los nuevos hábitos de vivir y trabajar generan un presente en constante mutación y un futuro cada vez más incierto. Esta dinámica nos sugiere que dejemos de concebir las viviendas como un producto acabado y cerrado, preparado para satisfacer usos específicos ineludibles.
Los formatos familiares y modelos de convivencia son cada vez más variados y complejos, cambiando de estado con creciente rapidez, al tiempo que las nuevas tecnologías extendidas con el salto de siglo siguen modificando nuestros hábitos laborales y cotidianos.pubiliarq.com