Groundscapes analiza el reencuentro entre la arquitectura contemporánea y la idea de suelo. Con el declive del heroico
movimiento moderno al término de la década de 1960, los arquitectos de la nueva generación, deseosos de descubrir aquella
tierra prohibida, iniciaron una 'reterritorialización' de la arquitectura que continúa hoy en día. Como consecuencia, entendemos
que el espacio construido y el espacio del suelo no son elementos antagónicos en el cuerpo arquitectónico, sino iguales.
Ilka Ruby es arquitecta y Andreas Ruby es teórico y crítico de arquitectura. Desde 2001 tienen su propio despacho, textbild, y
se dedican a la ingeniería cultural del discurso arquitectónico. Escriben libros, los diseñan, han sido comisarios de diversas
exposiciones, ejercen como asesores en cuestiones arquitectónicas y organizan simposios sobre arquitectura para un amplio
abanico de clientes, tanto en el ámbito institucional como privado. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran:
Images. A Picture Book of Architecture (Prestel, 2004), The Challenge of Suburbia (Wiley-Academy, 2004), y Hans Scharoun:
Haus Moeller (Walter Koenig, 2004). Han sido profesores en varias universidades europeas. Actualmente son profesores
invitados en Cornell University. Este es un libro sobre la transformación que
se ha producido en el concepto de suelo:
desde su condición contenida propia de la
arquitectura del movimiento moderno a su
consideración como concepto clave en la
arquitectura contemporánea. En contraste con una concepción dialéctica tradicional que lo legaba a mero lugar donde situar la figura del edificio, la arquitectura contemporánea contempla al edificio y al suelo donde éste se
asienta como partes de un mismo territorio
arquitectónico. Si, tradicionalmente, el suelo
era considerado como una superficie plana
que marcaba el límite entre el cielo y la tierra,
en la actualidad se ha transformado en un
volumen que se posiciona, precisamente,
donde antes se hallaba este antiguo límite.