Podemos ser faros de esperanza para nuestros alumnos y apoyarles en su intento de dar lo mejor de sí mismos'. Con esta frase el autor del libro resume bien no sólo el mensaje que nos quiere transmitir, sino también la forma en que él mismo entiende la educación: cada alumno es único para el educador auténticamente
apasionado por su profesión.
Este libro, motivador y de fácil lectura, está lleno de anécdotas e historias vividas por su autor tras muchos años en las aulas como profesor y como director de
varios centros educativos.