"A mediados de mayo de 2007, "Odissey", la más importante empresa mundial de cazatesoros submarinos, anunciaba el hallazgo en aguas internacionales del Atlántico de un importantísimo cargamento de monedas -más de medio millón-, negándose a revelar la nacionalidad y localización exacta del buque, lo que despertó las sospechas del Gobierno español sobre un posible expolio. Transportada la mayor parte de lo obtenido a los Estados Unidos, en sus tribunales se litigó entre España y la empresa por los derechos del hallazgo, resultando la documentación histórica aportada y su interpretación, determinantes en la resolución final.
Constituida España en parte por considerar el pecio los restos de un buque de guerra propio, la fragata "Mercedes", el 3 de junio de 2009 el magistrado instructor emitía su informe y recomendación favorables a ella en todas sus aspiraciones. A esto se opusieron Odyssey, el gobierno peruano, que también reclamaba el tesoro, y algunos presuntos herederos de los propietarios de la mercancía, mientras que el gobierno de Estados Unidos adoptaba una posición favorable a España.
El 22 de diciembre de 2009, se obtenía sentencia reconociendo el valor probatorio de los argumentos españoles aceptados previamente por el instructor y se ratificaba que se debía entregar lo obtenido a España, recociendo su propiedad legal y estableciendo plazo. Los diferentes recursos de Odissey ante el Tribunal de Apelaciones de Atlanta y ante la Corte Suprema, fueron desestimados respectivamente en 29 de noviembre de 2011 y 31 de enero de 2012. El 25 de febrero de 2012, llegaban las monedas a España, tras cinco años de disputa y ésta recuperaba la carga y algunos objetos, sepultados en la mar en 1804."