Este libro aborda el paisaje del Ensanche de Barcelona, quizá el desafío urbanístico más importante que una ciudad haya acometido jamás, desde dos perspectivas complementarias. La primera examina la génesis y los aspectos menos ostensibles que determinan su unidad y cohesión: los procesos y dispositivos que dan forma a la nueva ciudad, la persistencia de la llamada 'construcción tradicional catalana', el protagonismo de los maestros de obras, la definición y características del inmueble de renta, así como la evolución de sus interiores. La segunda perspectiva es una aproximación intencionada, una mirada fundamentalmente fotográfica y personal que nos ofrece aspectos visibles que suelen pasar desapercibidos. Una exploración visual atenta a los detalles, a los valores plásticos y a los contenidos simbólicos, que participa de un imaginario fuertemente significativo.