El pintor Agustín Esteve y Marqués (1753-post. 1820) destacó muy pronto como retratista entre la sociedad madrileña del tránsito entre los siglos XVIII y XIX, siendo considerado como el mejor en este género después de Francisco de Goya (1746-1828). Colaborador del maestro durante varios años, Esteve asimiló su influencia con una originalidad que le singulariza y le aparta de la clara y evidente pintura de aquél o de la más superficial y exquisita de Luis Paret y Alcázar (1746-1799).
El delicioso retrato de la pequeña Manuela Isidra Téllez-Girón, futura duquesa de Abrantes, adquirido por el Museo del Prado con fondos de la donación Óscar Alzaga Villaamil, es la mejor muestra de la sensibilidad, refinamiento y habilidad técnica de Esteve.
En este libro, complementario de la exposición que presenta el retrato públicamente, se recopila la trayectoria vital y artística de Esteve y se analiza su trabajo como pintor de los IX duques de Osuna, labor que compartió con Goya durante casi cuatro décadas. Con ello, asimismo, se pretende revalorizar al artista, que ha sido injustamente relegado por la historiografía a un papel secundario.