La acción de comprar que se remonta a nuestros ancestros como una necesidad, ha ido adquiriendo cada vez más un cáliz
lucrativo, aunque nunca le haya sido ajeno. En el punto intermedio entre el comprador y el vendedor se encuentra el escaparate
que en los últimos tiempos se ha enriquecido en su concepto, llegando a convertirse en transmisor de ideologías y en obra de
arte.