Carlos IV fue un monarca aficionado a las artes y entendido coleccionista de pintura que desarrolló estas aficiones tanto en sus años de príncipe como de Rey de España y más tarde, siendo Rey padre, las retomó a distinta escala en la Ciudad Eterna. Patrimonio Nacional ha dedicado el año 2009 a presentar las colecciones y el mecenazgo de un monarca que llevó las artes decorativas a su más alto grado.
La extraordinaria sensibilidad de Carlos IV para las bellas artes, su 'buen gusto' y tentativas personales en la práctica de alguna de las artes, su afición a la música, le sitúan por encima de otros monarcas de la Casa de Borbón y le ponen al nivel de los grandes soberanos mecenas de las artes como Felipe II y Felipe IV.
La exposición se realiza en colaboración con la SECC, bajo el comisariado de Javier Jordan de Urríes y José Luis Sancho, y mostrará en torno a 180 obras. Como es lógico gran parte de ellas pertenecen a las colecciones de Patrimonio Nacional, pero también proceden de otras importantes instituciones españolas -Museo Nacional del Prado, Biblioteca Nacional de España, Museo Arqueológico Nacional, Real Academia de la Historia, etc.- y de museos y colecciones del extranjero. Pinturas, esculturas, mobiliario, libros, dibujos y estampas, sedas, alfombras y tapices, piedras duras, piezas de bronce, porcelana, relojes, marfiles, etc., darán en su variedad y riqueza cumplida imagen de Carlos IV y sus gustos.
Los retratos del Rey, el ambiente en el que se formó -en el Reino de Nápoles y España-, las novedades francesas y la vuelta a la Antigüedad clásica, los proyectos decorativos encargados en Francia e Italia para sus 'casitas' en El Escorial, El Pardo y Aranjuez, sus artistas -Villanueva, Goya, doradores y bordadores, encuentran su lugar en las Salas del Palacio Real de Madrid.