El CaixaForum se ha concebido como una suerte de imán urbano que atrae no sólo a los amantes del arte, sino a todos los madrileños y a quienes visitan la ciudad. Además del programa cultural que ofrece la institución, el edificio provoca un magnetismo por la poderosa masa que se eleva sobre el plano del suelo, en aparente desafío a las leyes de la gravedad. Este efecto atrae al público hacia su interior.