Conocido como autor del edificio del Banco Pastor en A Coruña, dejó sorprendentes proyectos sin ejecutar
Diseñó un llamativo plan urbano para la playa de Santa Cristina, tal como hizo Palacios en Vigo o Vilagarcía
Tres puentes sobre la ría de O Burgo, con un completo trazado urbanístico del arenal de Santa Cristina y la zona próximo de Perillo, en el municipio coruñés de Oleiros, incluyendo viviendas, zonas verdes, viales, espacios deportivos y lugares de ocio, incluido un casino. No es el anuncio de una nueva urbanización costera sino el sorprendente proyecto redactado en 1930 por el arquitecto coruñés Antonio Tenreiro (1893-1972) y su socio valenciano Peregrín Estellés. «Esta podría ser cualquier ciudad europea de esas que tanto admiramos», apunta Alberto Unsain, anterior presidente de la delegación coruñesa del Colegio de Arquitectos de Galicia, viendo el proyecto de Tenreiro, que aparece en la primera monografía sobre el arquitecto que acaba de publicar dicha delegación. El proyecto tiene ciertas semejanzas con lo que Antonio Palacios ideó para ciudades como Vigo y Vilagarcía.
Este no es el único proyecto inédito de Antonio Tenreiro recogido en el mencionado libro, que incluye el análisis de varios expertos y edita Fernando Agrasar. Así, aparece el proyecto para la iglesia de San Pedro de Mezonzo, muy lejos de lo que acabó siendo, y para cuya redacción, según apunta José Ramón Soraluce Blond, «Tenreiro maneja de forma intemporal varias fuentes de información gráfica, entre las que hemos encontrado, en su archivo personal, un número dedicado a templos de la revista holandesa de arquitectura Wendingen, lo más avanzado y vanguardista del momento en difusión del diseño moderno de edificios». El entusiasmo inicial, con suscripción popular incluida, fue decayendo y el proyecto paralizado y luego sustituido por el actual, arquitectónicamente mucho más pobre
Otro proyecto que incluye Soraluce es la calle cubierta de Durán Loriga, redactado en 1926 y del que desde entonces sale periódicamente a relucir cada cierto tiempo, si bien sigue sin ser desarrollado en ningún vial de la ciudad.
Fernando Agrasar apunta asimismo que durante la exposición internacional celebrada en Lieja en 1930 con motivo del centenario de la independencia de Bélgica, Antonio Tenreiro fue encargado por el Ministerio de Economía para dirigir las obras del pabellón español, lo mismo que hizo más tarde en Amberes.