En los tres títulos que contiene este último volumen de A la busca del tiempo perdido, el lector asiste al amor, la pasión y los celos del Narrador por una Albertine que, tras su huida, terminará encontrando la muerte. A la par de esta historia de amor, el alter ego de Proust lanza una mirada crítica sobre el momento de mayor esplendor de finales del siglo XIX y principios del XX, una Belle Époque cuyos protagonistas, ociosos aristócratas y altas damas de la cuna más noble dedicadas al juego del amor y la belleza, se verá roída por el paso de los años hasta que la Primera Guerra Mundial cierre el capítulo de una sociedad que se negaba a admitir el paso del tiempo. Proust, que junto con Franz Kafka y James Joyce, forma la trilogía de nombres imprescindibles de la literatura del siglo XIX, describió en A la busca del tiempo perdido mucho más que una novela: la forma en que aflora la conciencia del Narrador -en última instancia, del individuo, de cualquiera- necesitaba una prosa distinta, compleja, que quiere reflejar los meandros por los que navega la memoria de los seres humanos. Con este tercer volumen se completa la edición de A la busca del tiempo perdido que la Editorial Valdemar inició hace cinco años; por primera vez, la traducción se debe a una sola mano, a un solo estilo, a un solo traductor, Mauro Armiño, que ha seguido los textos más recientes de la novela, depurada, sobre todo en sus tres últimos volúmenes, de la ganga que acompaña a toda obra póstuma. Pocos escritores, por no decir ninguno, gozan en lengua española de una edición tan completa como la presente: a cien años de distancia del momento histórico en que se desarrolla la acción. El primer tomo de esta edición incluye un: Diccionario biográfico de amistades y conocidos del autor que pasaron a encarnar personajes de su novela; un Diccionario de personajes de A la busca del tiempo perdido, que apunta en filigrana su aparición en la trama a lo largo de la novela; y un Diccionario de los lugares geográficos y ficticios donde transcurre la acción. Además de un álbum fotográfico de Proust y de un amplio cuadro biográfico del autor y de la bibliografía más reciente, cada título queda desmenuzado en resúmenes que, divididos por secciones o episodios, permiten acercarse rápidamente a la trama y ver el avance de los protagonistas por la larga y compleja acción interior y exterior de los personajes proustianos. Toda la edición cuenta con una anotación imprescindible para una lectura que se quiera correcta y comprensiva, y que permite al lector adentrarse en el mundo proustiano: A la busca del tiempo perdido sirve de espejo al mundo interior del Narrador, pero también al mundo exterior en que se desenvuelve. El tercer y último tomo contiene tres Índices del conjunto de A la busca del tiempo perdido: 1) de personas y personajes citados; 2) de lugares geográficos; y 3) de obras literarias y artísticas que aparecen citadas en la novela.publiarq.com