Si Reyner Banham es el más "rockero" de los historiadores, El Nuevo Brutalismo es el más "duro" de sus libros: donde la materia que en él resuena 'ya sea hormigón, metal o ladrillo' siempre se trata con la máxima sinceridad y honestidad. Este es el rasgo distintivo de un movimiento que surgió de la crisis de la arquitectura moderna de los años 50 como un mensaje fundamentalmente ético, más que meramente estético. Un mensaje que hoy, en un momento en el que el Brutalismo goza de una nueva popularidad, vuelve a servirnos de advertencia a través del libro que mejor y más que ningún otro ha contado su historia