El proyecto del Palacio Ducal plantea una particular orientación teórico-crítica del proyecto de arquitectura con fines restauradores. Cómo actuar en un edificio histórico, no concluido, para usos y funciones distantes en el contenido, y, con técnicas de oficios diversos, en un estado de ruina abandonada por siglos. De qué manera poder organizar un proyecto válido, desde un presupuesto económico razonable y positivo, frente a la mirada burocrática administrativa, más propicia, a convencionales discursos universitarios de estándar corporativo.
Restaurar en arquitectura lleva implícita no sólo la reconquista del 'saber del tiempo', sino adecuar estos saberes a la plasticidad de las nuevas funciones. Ortega, en coloquio familiar, ya lo había precisado: 'El hombre, en una palabra, no tiene naturaleza, lo que tiene es historia'. Por eso, esta noticia de trazas y trabajos restauradores del Palacio Ducal profundiza también en el acontecer de la vida que transcurrió antes de la ruina, la gama de acontecimientos y hechos que
con precisión se sucedieron, los referentes literarios que en tal lugar se manifiestan como historia, aquí narrada por el historiador Jaime Contreras. En definitiva, quiere reconocer la crónica viajera de sus primeros rasgos constructivos, las relaciones dispares entre morador y recinto edificado, para no herir en lo posible la 'entropía simbólica' por veleidades del camuflaje formal de los tiempos que corren.
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