La costas de Espa-a y Portugal se han convertido en un gran ?xito econ'mico. En un per'odo de 50 a-os, el litoral ib?rico se ha transformado en la ÒciudadÓ más densa de Europa gracias a ciertos atractivos genuinos: el sol, el mar, la comida, la libertad, todo barato.
El resultado es una ciudad del ocio puntera en Europa, con unas caracter'sticas muy peculiares. Pero a pesar de sus grandes ventajas [Àqu? otra ciudad puede competir con estos aspectos?] y su expansi'n sin fin, esta ÒciudadÓ está condenada debido a su comportamiento monocultural, a su falta de historia, estilo y cultura, su absoluta dominaci'n de sus fuentes naturales, su total ignorancia de toda responsabilidad ecol'gica. Esta controversia congela su potencial, más que activarlo. Qu? se puede hacer con un fen'meno que se mueve entre la falta absoluta de gusto y encanto, entre lo atractivo y lo distante? ÀNo se puede transformar esta controversia en un planteamiento más productivo, capitalizando sus valores de masividad, permitiendo convertir esta zona en un ejemplo más sostenible y elaborado de Ciudad del Ocio?