Reflexión sobre como la arquitectura no existe simplemente para
servir a las distintas necesidades e intereses, y tampoco es un
simple suplemento estético, ni tampoco es su tarea dirigir y
solucionar los temas sociales de nuestros tiempos. La arquitectura
tiene su propia tarea concreta, y sirve como una introducción al
camino para la continuación del proyecto que llamamos la
arquitectura. Sin embargo precisamente cuando la arquitectura
trabaja en harmonía con su tarea, es capaz de intervenir
radicalmente, no únicamente en la realidad arquitectónica, pero
también en la realidad más amplia. Esta tarea, de cualquier modo,
no puede directamente ejecutarse excepto a través de un proceso
de engranaje que lleva circunstancias complejas y condiciones que
constituye cada situación dentro de que esta hecho. Semejantes
obras arquitectónicas pueden generar transformaciones en la
realidad, razón por lo cual las hemos identificado como "Epicentros
arquitectónicos."