La principal intención de este libro fue ofrecer el máximo protagonismo a los arquitectos participantes, algo que, aunque parezca inverosímil, no se consigue en muchas de las publicaciones sobre arquitectura y diseño interior, en las que el editor es quien decide qué proyectos deben aparecer y cómo.
De antemano, nos imaginábamos un libro lo más práctico posible, y así se lo hicimos saber a los arquitectos. Ofrecer estas páginas como atalaya personal para disertar, escoger y escribir sobre determinados proyectos fue lo que sedujo a la mayoría de los que quisieron o pudieron participar. Algo similar a haberles ofrecido el micrófono ylO minutos de discurso ante una nutrida convención de arquitectos o estudiantes de arquitectura. Así es como hemos deseado que se sintiera el arquitecto, y esperamos haberlo logrado.
En el camino de realización de los contenidos hay una serie de anécdotas que no cabría menospreciar. En primer lugar, los números, siempre presentes en el mundo de la arquitectura: de cada tres peticiones de participación, sólo hubo una confirmación, lo que redimensiona la idea de la práctica de la arquitectura como una profesión exigente, además de mostrar la dificultad de implicación del arquitecto cuanto más rango de importancia tiene su estudio en el panorama internacional.
Los criterios de selección de los participantes fueron principalmente cuatro: a) más de 10 años de práctica; b) la mayor diversidad geográfica posible; c) la apuesta por una amplia representatividad en cuanto a tipologías de mercado (edificaciones residenciales, institucionales, corporativas, etc.); d) que el 80% de los proyectos estuvieran completados o se encontraran en vías de realización, para dar así.al libro el enfoque práctico deseado. Asimismo, otro factor importante, pero no determinante, fue que hubiera una nutrida representación de estudios con una marcada línea de proyectos sobre arquitectura sostenible, ya que consideramos que ésta encarna el diseño del presente y del futuro.