El libro habla de una pequeña cosa, tal vez importante, pues es lo que la arquitectura se cuestiona: la creación de sombras para configurar el espacio. De la identificación de la sombra, no como concepto negativo, sino como originada por la irradiación: una impronta
que convierte el cuerpo en sombra y la sombra en cuerpo.
El texto pretende ser un ensayo visual en donde lo que no se ve, construye la geometría de lo que percibo. Y la arquitectura así representada se autointerpreta como fisura, como sombra que introduce y oculta los elementos que no vemos.
Conocer la sombra es conocer la identidad del espacio, su realidad.