La trayectoria del arquitecto danés Jørn Utzon (Copenhague, 1918) fluye sobre dos convicciones esenciales: la construcción y el paisaje. Sobre ellas se levanta, con la tradición material del maestro constructor, una arquitectura que concilia la sabiduría de la arquitectura vernácula con las construcciones de la antigüedad y que tiene, en la elocuencia plástica de las cáscaras de la Ópera de Sidney, uno de los edificios más destacadas del siglo XX.
El itinerario profesional se inicia con un primer período en que los proyectos tienden progresivamente a su relación con el paisaje; la
segunda etapa se caracteriza por los hallazgos formales y constructivos de las plataformas masivas y las cubiertas leves; mientras que,en el tercer período, Utzon desarrolla, con la
denominada arquitectura aditiva, la síntesis de geometría, modulación y producción estandarizada que alcanza, en los refugios
insulares en Mallorca, el reconocimiento internacional a una trayectoria tenaz y lírica.