La capacidad japonesa de gestionar el espacio y el arte del jardín se han combinado para producir un tipo especial de jardín en
miniatura. El tsubo-niwa, que ha formado parte de la tradición arquitectónica japonesa durante al menos un milenio, consiste en
un patio que posee apenas las dimensiones de dos tatamis contiguos, es decir, el espacio que ocupan dos personas tendidas
una junto a otra. Puede llegar pues a ocupar tan sólo unos cuatro metros cuadrados y situarse en el interior, al exterior o en esa
posición peculiarmente japonesa que supone un intermedio entre ambos extremos.
Recientemente, el diseño de pequeños jardines ha recibido un nuevo impulso. Una nueva generación de arquitectos y
diseñadores ha experimentado con este concepto de modo imaginativo, utilizando una amplia paleta de materiales que van
desde las rocas volcánicas y el plástico hasta el vidrio colado o el bronce, dando lugar a proyectos de jardines de bolsillo
inspiradores que se ofrecen como lugar de reflexión o como objeto de contemplación.
A veces como respuesta a la necesidad urbana de trasladar la naturaleza al interior de la vivienda y como punto singular dentro
de un espacio ajardinado mayor en otras, los jardines de bolsillo contemporáneos despliegan un estilo peculiar sin renunciar a
las tendencias más modernas.