Mientras se construye cualquier edificio, los arquitectos mantienen un
registro de sus visitas a la obra: un cuaderno donde se deja constancia de los vistos buenos, de los cambios e imprevistos, de los
detalles que deben resolverse y que el proyecto en sus planos no
pudo anticipar; quedan instrucciones, dibujos, comentarios de puño y
letra. Ese cuaderno -conocido como libro de obra- es una mezcla de
bitácora y acta con la forma de un registro continuo: además de su
condición de documento legal y evidencia de las responsabilidades
del arquitecto sobre la construcción, es testimonio del pulso de sus
preocupaciones.
Esta publicación intenta presentar el trabajo del estudio Cruz &
Browne arquitectos desde una óptica similar: más que una secuencia
de obras individuales, se trata de la construcción de un cuerpo
continuo de obras entrelazadas.