En 1992 Alvaro Siza fue galardonado con el premio Pritzker en arquitectura por una labor y una obra arquitectónica de casi cuarenta años de duración. Una obra desarrollada en la serenidad y el silencio, siempre apartado de la corriente dce las modas y trabajando muchas veces en condiciones incomodas y complejas. A causa de su condición de portrugués del norte y de su modo discreto de relacionarse con la gente, la arquitectura de Siza ha sido definida una y otra vez como "regional", a pesar de que lo regional no es en Siza conformismo ni estilo, sino el ir aprendiendo de un entorno que se le impone con su economía y la limitación estricta de sus medios, y esa naturaleza irregular de bruscos cortes y largas sombras que le hace ganar en abstracción.