La arquitectura suiza lleva varios años acaparando la atención internacional, no sólo por el alto nivel medio de sus obras, sino por algunos grandes personajes. Aparte del megaestudio de Herzog and de Meuron, que construye en los cinco continentes,
Suiza dispone de una extensa red de pequeños estudios con obra modesta que, como en los casos de Peter Zumthor y Peter Märkli, han traspasado las fronteras para ser conocidos en todo el mundo por el cuidado, pulcritud y exactitud de sus obras. La obra de Valerio Olgiati se enmarcaría dentro de esta genealogía del trabajo paciente y bien hecho.