"La villa romana de La Olmeda se construyó en el siglo IV en lo que hoy es el Municipio palentino de Pedrosa de la Vega, sufrió la ruina de sus muros dos siglos después tras un incendio, y permaneció sepultada hasta su descubrimiento casual en 1968 (Javier Cortes), la posterior excavación y el definitivo enclaustramiento de sus restos bajo la exquisita bóveda nervada que los arquitectos Paredes y Pedrosa. El proyecto responde a la frecuente práctica arqueológica de proteger las ruinas mediante una cubierta ligera que evite los estragos del clima sobre paramentos expuestos, deteniendo el deterioro que conlleva el su afloramiento, pero a cambio alternado su relación con el territorio y el paisaje, porque pasan a mostrarse como piezas de museo." (Luis Fernández-Galiano pág 4 del libro).
El libro, prologado por Muñoz Molina, describe, y es ejemplo de la colaboración entre la Arqueología y la Arquitectura en aras a una elegante solución para protección del patrimonio cultural y su integración en el paisaje