"El trabajo diario es una nube negra que quiere tomar todo el protagonismo. Que se va tragando nuestros pensamientos y sueños. Desde dentro todo tiene sentido, pero como todo presente puede ser fugaz, o no existir la razón de las cosas". Aparecen repasados por un índice de temas ("Abierto", "Acción", "Autores / Creadores", "Belleza", "Cambiar / Modificar", "Ciudad", "Comida", "Conceptos", "Construir", "Contemporáneo"...) que, además de ordenarlos, muestra una relampagueante definición de los intereses de su autor. Los hipermínimos, en palabras suyas, son "escritos de no más de 200 palabras, constituidos por pensamientos sobre un tema, sin el aparato ni la extensión que requiere un ensayo sobre la misma materia, aunque con su misma estructura", unas miniaturas que alargan, por tanto, la lista de tipos de aforismos y breverías, emparentándose con las de Eder, Neuman, Marzal, con las de Pascal, La Rochefoucauld, La Bruyère. Un hipermínimo añadido por Francisco Jarauta termina presentándolos como una práctica inherente al hacer, un viaje imposibilitado de neutralidad, finalmente dispuestos para que "el lugar, los tiempos, los usos y sus intenciones los contaminen hasta cubrirlos de irreparables pátinas".
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